viernes, 9 de agosto de 2019

Un nuevo comienzo


Hace tiempo que no comparto apenas nada en Internet. Algún hilo de Twitter más coherente que otro, alguna foto en Instagram, poco más. Ninguna idea desarrollada ni ningún proyecto a largo plazo. 

No sé muy bien el motivo. Durante un tiempo mantuve un podcast, Rol Fandango, que publiqué en el blog del Devil Team y que me aportó enormes beneficios personales. Conocí a gente nueva y participé en las creaciones de otros aficionados, con resultados muy enriquecedores. Coincidió con un tiempo muy jodido, además, y el podcast me sirvió para mantenerme en movimiento, siempre con un proyecto asequible que me hiciera sentirme productivo. Todo el tiempo me mantuve activo en Google+, ágora del rolero que tristemente cerró sus puertas, y que incluso ya hacia el final dejé de frecuentar. De nuevo, no sé por qué. 

Puede que fuese que perdiera ilusión por participar en una comunidad que, como todas, tiende a quemarte después de un tiempo. También puede que por motivos vitales necesitase una temporada alejado, centrándome en mis relaciones personales y estudios. Puede que todo este tiempo haya estado luchando internamente contra el parásito mental que contraje al abrir un sarcófago de piedra que encontré bajo la Alhambra, y sobre al que hace pocas horas conseguí sobreponerme.

EN CUALQUIER CASO, el motivo no importa. La cuestión es que vuelvo a tener ganas de hacer mis humildes aportaciones a la comunidad, o al menos mantener un sitio donde verter reflexiones y pequeños proyectos. La temática, sospecho, seguirá siendo principalmente la de los juegos de rol, aunque dedico una parte equivalente de mi tiempo e ilusión a diversos juegos de miniaturas, así como a la literatura y la historia. Cualquier cosa puede ocurrir, y todo lo que me motive lo bastante como para organizar mis pensamientos y redactarlos está dentro de lo posible. 

Como el Rey Pescador, mis capacidades están mermadas. No sé cuál será mi constancia, o el mérito de las entradas. Pase lo que pase, aquí estará todo lo que haga. Mi casa estará abierta, dándole de nuevo una posibilidad a la conversación y al intercambio de ideas. Quizá, en el proceso, sane y vuelva a sentirme activo, para que nunca más necesite cerrarme durante tanto tiempo.


Nos leemos en el futuro,


Gary.








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